jueves, 26 de junio de 2008

Lenguaje

Encanto. Conciencia. Nada pretende explicar nada. Es que aunque sí haya pretensiones serían absurdas. No hay explicación. Hay transformación. Una cosa se transforma en otra cuando tratamos de explicarla, o aprehenderla. No podemos tocar nada en verdad. Si yo quiero explicar lo que es una mesa no me alcanzan las palabras, ¿no me sirven tal vez? No puedo dar la sensación de mesa. Sólo la mesa da sensación de mesa y nos acerca a la verdad. No aprendemos nada nunca en verdad por esta deficiencia inherente al lenguaje. El lenguaje sólo sirve para hablar del lenguaje. El arte solo habla de arte. Con arena no hacemos otra cosa que arena. Todas las cosas son objetos cerrados en sí mismos. Es ilusoria toda intención de comunicación acerca de algo.
La ciencia es tan verdadera (o tan poco) como el mito. Ambos son diferentes lenguajes. Toda materia de estudio está muerta. Hacemos autopsia en las cosas que pretendemos conocer. Y OK, descubrimos relaciones entre fluidos y glándulas, y huesos y carne, pero no podemos salir de esas relaciones. Metemos la pata cuando intentamos trasladar eso a un axioma, máxima o conclusión. Todo es particular. Lo generalizable es tan sólo una ilusión. Dentro de poco al ver un perro, no voy a poder agruparlo dentro del grupo de los perros, porque va a ser Bobby, o el marrón con blanco. Además un cuerpo muerto –al que podemos someter a una autopsia- no nos cuenta la verdad de un cuerpo vivo. No señores.

¡Qué ilusa Eloísa!

Sólo fui un taxi más. Todo para que ahora mires cómplicemente a todos los taxis. Como si nos conocieras a todos. O como si todos fueran tan geniales como yo. Pero te repito, no hay nada de gracioso en tu actitud Eloisa. El mundo no viene a ser el regalo que imaginaste. Lo descubierto no encuentra norma para adaptarse a otras situaciones, o a otros saberes, por lo tanto no has descubierto nada. Sólo has sido testigo de un evento. Es imposible pretender más. Un poco de límites no te vendría nada mal querida. Quiero decir, que el año tiene 4 estaciones duracionales y excluyentes entre sí. ¿Más claro? No vas a poder vivir siempre en primavera my darling. No vas a poder embaucar al clima ni tampoco al reloj. Sonreí todo lo que quieras. No vas a volver a ser la de hoy. Ah, y es inútil que busques gestos cómplices en otros taxis.

Laberinto

Volviendo a mi mundo supermotion...
En mis últimas tardes atravieso el tiempo. Camino por veredas en las que las hojas (que vuelan en remolino) aparecen y desaparecen haciendo alarde de libres y danzantes. Ahora entiendo que se trata de un laberinto. Todo es un laberinto invisible por lo pequeñísimo. Ininteligible por su perfecta complejidad arquitectónica. Un laberinto que se resiste a ser visto por ojos comunes pero que anuncia sutilmente –y sólo a veces- que es la estructura y el contenido a la vez. Que es muy chiquito como para verlo y muy grande como para captarlo acabadamente.

miércoles, 18 de junio de 2008

UNA VEZ, NO LO MEDITES

Esto es así. Pienso regalarte un aparatejo que tiene un botón en la parte superior, rojo lustroso y de límites redondeados. Este aparatejo, a modo de caja latosa pesa poco más de 10 kilos, es suave y plateado a excepción del botón rojo que es rojo, suave y lustroso.
Para trasladar al aparatejo conviene introducirlo en una caja de cartón con amortiguación preferentemente de polietileno con burbujitas rellenas de aire sin reventar. En caso de carecer de este material casi inexistente y destinado sólo para artefactos tecnológicos puede servir el aserrín o el papel picado, lo que hace al procedimiento de descajar al aparatejo un tanto más engorroso.
El aparatejo no sirve para cualquier cosa, ni para cualquier persona. No se hacen por encargo. No se hacen. Existen y ya. Se sabe que sólo uno funciona pero funciona sólo una vez. Si lo ves, y tenés la oportunidad de probar suerte no medites mucho el deseo a pedir y posteriormente a ver cumplir. Sólo sirve una vez, igual que uno. Hoy, ahora. Una vez.
Pulsar hacia abajo. Sostener el botón rojo lustroso durante 3 segundos presionando levemente hacia abajo. Insatantaneidad de solución. Perplejidad del ejecutante.

IMPORTANTE
Dimensiones físicas del aparatejo. Cubo de 3 x 3 x 3 metros.
Botón, media esfera de 1 metro de radio.
Para vencer la resistencia que ofrece el resorte del botón es necesario la fuerza psíquica y física y emocional de al menos 7 personas. Máximo 9.
Decepción del ejecutante. Su deseo de ve fragmentado-compartido en al menos 7 personas.


Diciembre 2004

Vínculo infranqueable

En mi mesa redonda de madera hay varios objetos. Mi vista hace foco en un cuaderno de recetas porque lo descubro respirando y eso me sorprende. Mueve sus hojas levemente lo que me da la pauta de que está tranquilo. Otros pensarían por su respiración casi imperceptible que el objeto ya advirtió mi presencia y sobretodo mi especial atención en él, ¡pobres ingenuos! No saben que la complicidad que mantiene un cuaderno con su autor es infranqueable, y aunque el objeto se cerrara y seguido a esto me hablara, el vínculo sería exactamente el mismo.

viernes, 13 de junio de 2008

Lo bueno de alejarse un poco

El piso parece plano, sin embargo, sabemos que es parte de la esfera. No existe el plano. Todo es curvo. Lo que pasa es que estamos demasiado cerca como para notarlo.

miércoles, 11 de junio de 2008

Tres realidades

El espejo manifiesta una realidad que no es tal. Ostenta un paralelismo extraño. Siempre y sin excusa es convergente o divergente. Por otro lado, los sueños corren el velo a una realidad que tampoco es tal. Existen, pasaron, pero no fueron más reales que eso. ¿Más reales que eso? A menudo sueño con espejos. Vuelvo a mi misma y gracias a la memoria me suspendo en ese momento al atravesar tres realidades. El espejo, el sueño y el recuerdo real de haber estado en un lugar imposible.

Lo certero

Dejo que una mariposa se pose en la palma de mi mano. Antes de que se apoye con esas patitas de insecto y agite vanidosamente sus alitas revolotea mostrándose hábil para escapar. Disfruto del juego que generamos. Ella dramatizando valentía, yo disimulando mis buenos reflejos. Cuando finalmente se detiene permanece no menos de tres segundos en mi mano y aún aunque abuse de mi benevolencia no puedo hacer más que contemplar su vuelo mientras se aleja para siempre.

Licina,
verano 05

viernes, 6 de junio de 2008

Cuadro en movimiento

Las calles naranjas y el cielo de marfil se acoplan para verme llegar. Los ángulos, esas líneas que convergen justo en ese lugar –que es hasta adónde puedo correr–, permanecen pero en puntos diferentes. Pretendo caminar aún más. Respiro. Suspiro. Sigo necesitando de esas vidas. Sé que no vuelo –por ahora– pero ya nada me es indiferente.
23/08/05, Licina.

Manos

Sos presa del que acecha irreversiblemente con esa característica regularidad: el tiempo. Tu mano abarrotada por el reloj es uno de los tantos datos que me da esta imagen.

Recuerdo a mi madre riendo ruidosamente. A carcajadas. En una mano un libro, en la otra su frente.

No he visto nada más verdadero que tu mano haciéndose pequeña para tomar el asa de ese pocillo de café.

Croton

Croton me pidió a gritos que la asomara a la ventana. No pude resistirme a su manera y mucho menos a su verdad. Osé en dejarla sola y afuera, sobre la ventana. No hay duda, ahora llueve y ella tiene razón. El movimiento la propone viva, latente, agradecida. Croton no es fanerógama y dudo que algún día lo sea. ¿Ella lo sabrá?