viernes, 6 de junio de 2008

Manos

Sos presa del que acecha irreversiblemente con esa característica regularidad: el tiempo. Tu mano abarrotada por el reloj es uno de los tantos datos que me da esta imagen.

Recuerdo a mi madre riendo ruidosamente. A carcajadas. En una mano un libro, en la otra su frente.

No he visto nada más verdadero que tu mano haciéndose pequeña para tomar el asa de ese pocillo de café.

2 comentarios:

Nicolas S dijo...

"No he visto nada más verdadero que tu mano haciéndose pequeña para tomar el asa de ese pocillo de café."
Me hizo pensar en "Alicia en el Pais de las Maravillas"...
saludos!

Unknown dijo...

Cortázar decía que a uno no le regalan un reloj, sino que uno es el ofrecido para el cumpleaños del reloj.

A partir de esto veo una especie de axioma: dependemos de nuestros propios inventos. En la medida que les otorgamos el status de "artículos de confort" nos convertimos en sus esclavos.